viernes, 2 de septiembre de 2011

POESÌA - ENRIQUE VERÀSTEGUI

CAÑETE

(Al modo de Francois Villon)


En 1950 yo aún no vagaba en Cañete,
ni figuraba mi nombre en la casilla postal del correo:
mi poblado era más chico que ahora, más coloreado,
y más bullicioso: no había asfalto, ni luz,
ni agua, ni desagüe,
y su fresco cielo pintado mejor que un buen cielo de Seurat,
era envidiado mil kms a la redonda.
En mi pueblito no había día que no fuera ese día una fiesta:
y las canciones brotaban alegres como brotaba la flor de los cardos
en las murallas que cercaban Cañete.


No había viajero que no admirara su clima,
y la dulce uva borgoña mojando los labios
como el vino de miel escanciado de los viejos toneles,
y la alegría era el bordón de una guitarra de cedro.


Y los viajes a Lima se hacían por barco,
y demoraban toda la noche bajo esa estrella del Sur.
Ahora un viaje dura 2 horas -y se hace por auto
("Comité N° 1" o "N° 10" de transportes)
y todavía uno cree que 2 horas es mucho tiempo perdido.
En aquel tiempo time era time en Cañete:
y un manojo de flores era recogido como un saludo.

Enrique Verástegui