Resulta difícil elegir un motivo por el cual la comida peruana sea tan sabrosa. La mayoría dirá que los ingredientes, otros le darán crédito a la sazón y no faltará alguno que atribuya el éxito de nuestra gastronomía a la mezcla de culturas que llegaron a nuestro país y que, sin duda, enriquecieron nuestra olla.
Si es complicado elegir una razón, más difícil aún es quedarnos con un solo plato de comida: hay fríos y calientes, salados y dulces, ligeros y contundentes. Todo un abanico de platillos, cada uno con un toque especial, que los diferencia unos de otros.
Fuera del Perú no son pocos los admiradores de nuestra comida. Nueva York es muestra de ello, con un creciente número de restaurantes peruanos. Por ello, The New York Times publicó una nota resaltando estos sabores y describiendo los platos que se han encargado de conquistar esta ciudad.
Un clásico son los cebiches, que en el restaurante Lima Limón, se preparan hasta seis tipos (de corvina, mixto, lenguado o acompañados de una pequeña salsa especial). Los anticuchos también han ganado fama, y en poco tiempo se han convertido en uno de los preferidos.
Los tiraditos, la jalea y la papa a la huancaína son los engreídos del restaurante Coney Island Taste, que pese al nombre guarda la sazón peruana en cada uno de sus platos. Según la web, el rocoto relleno es también una buena carta de presentación.
El Warique es otro de los locales visitados por el diario, acá el lomo saltado, la causa, el tallarín verde y el seco de frejoles. Mención aparte para los postres: los alfajores, el flan, el suspiro a la limeña y los picarones, “cuyo sabor sigue siendo un misterio indescifrable”. (Consuelo Vargas/El Comercio).