Ubicado en la provincia de Cañete, al sur de Lima, este cementerio japonés guarda los restos de los primeros inmigrantes que trabajaron en las haciendas de Santa Bárbara, La Quebrada y Casa Blanca. Caracterizado por una gran cruz en cuya base se hayan inscripciones sobre los primeros issei, en este camposanto se encuentran también las tumbas y nichos de la colectividad nikkei cañetana.
Cada año, la comunidad peruano japonesa visita este cementerio con motivo de las festividades de Ohigan y Obon.