Desde hoy ya se puede comer camarones. Ayer concluyó la veda. Y en esta Semana Santa, tiene que reconciliarse con los exquisitos platillos de camarones que ofrece “Pisco Pollo Restaurant” a un lado de la Plaza de Lunahuaná. Eduardo Zuleta, bah, “Lalo” para los amigos, hace piruetas con la sartén y el fuego enloquece camino a mi mesa.
Lalo se esmera en concentrar los aromas. La fragancia pasa más allá de los sentidos. El paladar ya no resiste ante tanta provocación. Son los llamados Camarones Flambeados al pisco. Y con pisco de uvina. Entonces surge un romance especial en la gastronomía. Es el concepto de gastropisco. Para el valle de Lunahuaná es una deliciosa novedad.
Con sólo escuchar el nombre de este celestial plato, me abre el apetito y vuelvo a Lunahuaná. Es que “los buenos restaurantes no son los que venden cien platos, sino los que sirven especialidades y mantienen el ambiente de campiña”, nos dice el gran Zuleta. Y tiene mucha razón. Allá voy!